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Procesos y principios

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Arturo Berned. Mascara VIII, 2016. Detalle. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

Arturo Berned. Mascara VIII, 2016. Detalle. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

Para mis lejanos amigos contertulios

El pasado mes de enero durante un breve viaje a Madrid, por aquellos días ciudad aún alegre y confiada, partí a la búsqueda de alguna exposición de escultura contemporánea, para descubrir que de la plétora de galerías de arte madrileñas sólo una exhibía esculturas (*)

Hoy recupero para el blog las fotografías que me llevé como recuerdo. La exposición de Arturo Berned respondía al acertado título de Procesos y Principios. El artista es una rara avis frente al desierto repetitivo que en materia de Escultura ha caracterizado a otros escultores en ARCO 2020.

Sea como sea, no era obviamente el propósito de este muy esmerado y serio escultor referirse con el lema de su muestra a otro tipo de procesos que la crisis del momento suscitaba algunas semanas más tarde, ni a las proclamaciones de principios morales que ondean hoy como banderas. La omnipresente pandemia que lo fagocita todo ha despertado a quienes se afanan por explicarnos lo que nos ocurre y a qué cambios de costumbres estamos abocados.

No ignoro las buenas intenciones, pero a menudo se acompañan con declaraciones retóricas, generalizando de tal manera que el bosque acaba por esconder los árboles, cuando es así que una repoblación bien entendida procede con paciencia de un árbol a otro árbol. La retórica no suele salvar vidas ni resolver las causas de las muertes. La grandilocuencia en momentos de crisis desvía la atención y con monotonía colectiviza las responsabilidades.

¿Si todos somos responsables, quién será responsable?

Arturo Berned. Mascara VIII, 2016. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

Arturo Berned. Mascara VIII, 2016. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

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A vueltas con los principios

Ya saben que las redes sociales están que arden y los periódicos se desviven para entrevistar a quienes se supone que tendrán algo que decirnos, de aclarar qué principios y moralidades se han de deducir  de esta tragedia. La grey ha de ser guiada y el efecto es mejor si los entrevistados destacan por su presencia en el mundo de la Cultura, de la Religión, de la Filosofía, de la Literatura, del Cine, etc. 

Por el contrario quienes están en las trincheras de los servicios de salud y los científicos responsables y competentes tratan con cautela de ir obteniendo día a día datos y lecciones empíricas de esta tragedia global, para tratarla, para prevenir otras, para remediar sus efectos y quizás algún día, frente a tantas especulaciones, explicaciones conspirativas, y culpabilidades globales, identificar su origen verdadero y consolidar las acciones probadas y eficaces. No se andan con moralejas.

En resumen, en contraste con las declaraciones de personalidades, que se supone iluminan a las personas llanas con sus reflexiones, hay infinidad de otras personas que ayudan de verdad y efectivamente, sin grandes filosofías, a miles de conciudadanos, enfermos o no del virus, aunque sólo sea a superar el día a día. Pero esos infatigables asistentes son anónimos, no son ellos los que aparecen en los medios con explicaciones y teorías.

Arturo Berned. Cabeza VII, 2015. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

Arturo Berned. Cabeza VII, 2015. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

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A vueltas con los procesos

Es muy tentador para quien se siente llamado a orientar a otros seres humanos en estas horas de dura crisis abrir un proceso al mundo en que vivimos y dejarse llevar a formulaciones que propugnan horizontes de utopía y diseminan las responsabilidades.

Exposición de Arturo Berned. Galería Fernández Braso. 20 enero 2020. Foto R.Puig

Exposición de Arturo Berned. Galería Fernández Braso. 20 enero 2020. Foto R.Puig

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Sin prejuzgar la buena voluntad de aquellos de los que, por ser celebrities, los periodistas requieren fórmulas lapidarias, traigo aquí a colación dos, que casualmente he venido a conocer en un chat en el que me encuentro en la distancia con muchos buenos y viejos amigos y donde se ha suscitado un nutrido intercambio de opiniones, no necesariamente concordantes con la mía, lo cual es sano y enriquecedor.

Vamos a ello:

Isabel Allende (novelista de éxito de la que he leído dos de sus buenas novelas)

Entre muchas de sus opiniones, de sentido común y plausibles, destaco dos declaraciones que podrán ver junto con las otras respuestas en su entrevista a La Nación de Miami del 8 de abril. Se trata de un par de diagnósticos globales:

Creo que una civilización basada en la codicia, la violencia y la desigualdad es insostenible. Esta es una oportunidad única de ajustar los valores.

Nuestros sistemas políticos y económicos han caducado

Así que, en definitiva si no desaparecen la codicia, la violencia y la desigualdad y no ajustamos valores, parece que no nos veremos libres de las pandemias. Además para que eso ocurra tendremos que resolver de una vez por todas las imperfecciones de nuestros “sistemas caducos”. Nos lo dice una novelista, aunque son palabras con resonancia bíblica.

Arturo Berned. Vacío V, 2016. Detalle. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

Arturo Berned. Vacío V, 2016. Detalle. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

El papa Francisco en una entrevista al periódico católico norteamericano The Tablet del 8 de abril, entre bastantes opiniones de sentido pastoral, propias de su rol de representante de Dios en la tierra, muchas francamente oportunas y solidarias, cuando  empero desciende de las esferas de la trascendencia al mundo de la inmanencia, responde así una pregunta  de la periodista Austen Ivereigh :

Tenía curiosidad por saber si el Papa vio la crisis y la devastación económica que está causando como una oportunidad para una conversión ecológica, para reevaluar las prioridades y los estilos de vida. Le pregunté concretamente si era posible que pudiéramos ver en el futuro una economía que, para usar sus palabras, fuera más “humana” y menos “líquida”.

Papa Francisco: Hay una expresión en español: “Dios siempre perdona, nosotros perdonamos a veces, pero la naturaleza nunca perdona”. No respondimos a las catástrofes parciales. ¿Quién habla ahora de los incendios en Australia, o recuerda que hace 18 meses un barco podía cruzar el Polo Norte porque los glaciares se habían derretido? ¿Quién habla ahora de las inundaciones? No sé si se trata de la venganza de la naturaleza, pero ciertamente son las respuestas de la naturaleza.

Le admiro, pero en estas afirmaciones pienso que sobre su necesario debate sobre la ecología y el cambio climático planea una dicotomía (**) que opone Humanidad a Naturaleza como términos antitéticos. Da por hecho que la Naturaleza es la víctima frente a nosotros, la Humanidad agresora, obviando que si la Naturaleza es el conjunto de todo lo que existe, el ser humano es Naturaleza y además el único existente natural consciente.

En esta declaración del papa aparece una Naturaleza a la que se dan atributos propios del ser humano: no solo la capacidad de responder a quienes seríamos sus oponentes antinaturales, sino que incluso se apunta a la de vengarse de los miembros de un colectivo de miles de millones que no respondemos adecuadamente a las catástrofes de las que sin remisión somos todos causantes.

De la Teología se pasa a un aforismo (que sería español como la vieja gripe) : Dios siempre perdona, nosotros perdonamos a veces, pero la naturaleza nunca perdona; que creo ha acuñado el papa, pues la ha repetido insistentemente y, buscando en Google, y con un sentido algo diverso, encuentro solamente que ya lo formulaba  un odontólogo forense vasco en 2009.

En tiempos clásicos el rayo de Zeus ajustaba cuentas con los mortales, en la Edad Media desde los púlpitos se predicaba que las plagas eran un castigo por nuestros pecados y en el Renacimiento el Imperio Otomano invadía Europa con permiso divino para castigar las maldades de los reinos cristianos. Ya no está bien visto aludir a un Dios vengativo, pues hoy la divinidad punitiva preferida es la Naturaleza, que responde con desastres a nuestros desmanes.

Pero si la Humanidad en su totalidad es culpable ¿quiénes serán los responsables concretos del origen y de la casi general falta de previsión ante la pandemia? No soy jurista para poder especular sobre los posibles procesos en sentido legal, sólo sé que nuestros denostados e imperfectos sistemas, democráticos y libres, comenzaron afortunadamente cuando se entendió que, en las sociedades libres, la responsabilidad moral y penal reside en el individuo -como residen en el individuo los derechos humanos y cívicos- y asimismo  se comprendió que colectivizar las infracciones de la ley y de la moral es una práctica propia del pasado, aunque por desgracia subsista en el presente de los regímenes totalitarios. No obstante se sigue erre que erre especulando con frecuencia sobre faltas y culpabilidades colectivas.

A la espera de los procesos, que confío llegarán como evolución a mejor y como clarificación de responsabilidades, dejaré que otros, si así les place, descifren los oráculos de la Naturaleza. Por mi parte creo que lo imprescindible es apoyar a quienes son competentes en las cuestiones empíricas y concretas de esta pandemia, para que tengan los medios de resolver las causas concretas, la prevención  futura y  los tratamientos, y determinar aquellas medidas concretas que hayan de mejorar con sabio realismo y determinación el futuro de todos, como esos seres naturales, animados y conscientes que somos cada uno de los seres humanos; y lo justo y debido es honrar a quienes han muerto y acompañar en su duelo a quienes han perdido a un ser querido en las crueles circunstancia que conocemos.

Arturo Berned. Vacío , 2012. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

Arturo Berned. Vacío , 2012. Galería Fernández Braso. Foto R.Puig

 


(*)  En el Palacio de Velázquez visité la muestra de Mario Merz, exponente del arte povera que en su día fue original y hoy, a parte de que sus materiales den trabajo a los restauradores,  se sigue replicando incansablemente, convirtiéndolo en povera arte.

Mario Merz. El consumismo frente a la naturaleza. Palacio Velázquez. Foto R.Puig

Mario Merz. El consumismo frente a la naturaleza. Palacio Velázquez. Foto R.Puig

Performance artística en ARCO 2020

Performance artística en ARCO 2020

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(**) Dicotomía que, llevada a sus extremos, está incluso sirviendo de excusa a grupos del terrorismo ambientalista que han cometido agresiones criminales contra actividades legales y contra las personas (por ejemplo granjeros y ganaderos) que las regentan y viven de ello legitimamente.


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